La sal y la Cloración Salina

Cada vez es más habitual el uso de la llamada cloración salina o electrólisis salina, como sistema de desinfección para el agua de piscinas.

Este sistema resulta, por lo general, más cómodo para el propietario de la piscina, dado el bajo mantenimiento que conlleva. Igualmente, nos permite disfrutar de un agua de altísima calidad, con una concentración de producto químico muy, muy reducida. Esto hace que el uso de cloradores salinos resulte altamente recomendable para casos tales como:

  • - Tiempos prolongados en el interior del agua y/o uso de gran número de bañistas (Piscinas climatizadas, piscinas de entrenamiento, piscinas públicas...).
  • - Habitual presencia de niños.
  • - Utilización por parte de personas con problemas en la piel, tipo dermatitis, etc.
  • - Disponibilidad de poco tiempo para el mantenimiento de la piscina.

Estos son algunas de las ventajas más representativas del uso de sistemas de cloración salina, la cual recordemos se basa en la creación de hipoclorito de sodio mediante la acción de la célula electrolítica del clorador sobre el agua de la piscina con una pequeña proporción de sal disuelta (9 veces menos concentración que la habitual en el agua del mar).

En cuanto a la tabla de dosificación, la proporción recomendada para su uso en piscinas suele variar entre 4 y 7 kilos de sal por metro cúbico, dependiendo de las indicaciones del fabricante del clorador salino, aunque en la mayoría de los casos, una proporción de 5 kgs/m3 suele ser suficiente.


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